miércoles, 19 de octubre de 2011

Yo nobrego, tú nobregas...

Bueno, antes de empezar con una de mis nuevas e ingeniosas reflexiones, necesito que conozcáis una palabra nueva que me he inventado. No necesitáis conocer la etimología de la palabra, aunque algunos entendidos seguro que la conocen. La palabra es "Nobregar" y aquí quiero dejar su definición al completo para que si algún día, por casualidad, algún miembro de la RAE entrara en esta página, la añadiese en la nueva edición del diccionario. Dudo que ocurra esto ya que sólo tengo 1 seguidor, al cual mando un abrazo muy grande. Bueno, esta es la definición:

.Nobregar/v/: 1. Dícese de la acción de abusar sexualmente a alguien mediante tocamientos.

Bueno, ahora que ya conocéis la acepción de "nobregar", puedo empezar.

El otro día me di cuenta de algo muy importante que va a cambiar mi vida cotidiana. He de confesar que yo era un romanticón asqueroso de estos con los que vomitas arcoiris. Quería tener una novia, enamorarme de ella, que ella se enamorase de mí, ser felices... Incluso llegué a replantearme como sería mi boda! Repugnante, lo sé.
Pero el sábado pasado me di cuenta de que la vida no es así. No sé si será que soy demasiado joven o demasiado gilipollas para asimilar estas cosas. Yo antes, cada chica nueva que conocía, para mí era un desafío. El desafío de ver si consigo ligarmela. Pero ¿sabéis que? paso. Luego dan largas y, otra vez de vuelta al llanto. Con esto me remito a mi anterior entrada: es bonito soñar, pero moderadamente. Así que, chicos de todo el mundo, sobre las relaciones con las chicas tengo que deciros una cosa:
"No os enamoréis. Simplemente, nobregad y seréis felices"

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