Pues eso. Sentarme en el ordenador y escribir gilipolleces se empieza a convertir en rutina. Algo bueno, ya que hacer esto me despeja y hace que mi mente se evada de otros problemas externos. Lo malo es que esos problemas externos no se olvidan tan fácilmente. El protagonista de estos problemas externos son, en general, la tías. No quiero que las señoritas que lean esto (que serán pocas, por desgracia) se ofendan ni nada por el estilo. Pero es que tenéis la manía de ser unas putas. Ya está, ya lo he dicho. Tratadme de machista, de pervertido, de Braulio, de todo lo que queráis. Tengo mis motivos para pensar esto ya que, en 16 años de existencia, sólo he visto putas, putas everywhere. Insisto, por favor, que no va por todas todas la mujeres. Las hay también muy muy majas que hacen que la convivencia con las putas sea más llevadera. Estas amigas te alegran cuando dicen aquello de: "Qué puta". Te alegra que opine lo mismo que tú.
En fin, dejando de lado está historia triste sin final que es mi vida, pasemos a que hoy es domingo, 23:15 h. de la noche, no tengo sueño y mañana tengo instituto. Situación un tanto jodida, ya que, debido a que esta noche he dormido como 14 horas y media y no me he levantado ni a mear, tengo bastante sueño. Luego estoy tumbado en la cama como un subnormal esperando a dormirme, cosa que suele pasar 2 horas después de echarme.
Normal que hasta dentro de dos horas esté aquí en el ordenador escribiendo en un blog que nadie lee. Qué cosas tiene la vida.
En fin me despido de vosotros hasta otra entrada. La vida es como un pene: corta. Pero cuando es dura se hace muuuy larga...
No hay comentarios:
Publicar un comentario